Juan era un niño que vivía en una
aldea muy pequeña, en plena montaña y muy lejos del pueblo más
grande de la zona.
Pasaba los días ayudando a sus padres
con el ganado. Sacaba a pastar a las cabras al monte durante todo el
día, y cuando volvía, comía y se iba a dormir de lo cansado que
estaba.
Él hacía lo que le decían sus
padres, pero notaba que le faltaba algo, pues no había niños con
quien jugar y no era feliz.
Un día que iba con sus cabras por la
mañana, vio una cosa al lado de un árbol. Era cuadrada, tenía
muchas hojas escritas y dibujos. Se pasó todo el día mirándolo.
Cuando llegó a casa se lo enseñó a sus padres. Ellos le explicaron
que era un libro, pero ellos no sabían leer. El niño les preguntó
qué dónde enseñaban a leer y le dijeron que en la escuela, pero
que estaba muy lejos y él no podía ir hasta allí.
A partir de aquel día su obsesión fue
ir a la escuela. Y fue tanta su insistencia, que sus padres hablaron
con unos parientes que vivían en el pueblo para que su hijo fuera a
la escuela.
Y así lo hizo. Juan aprendió a leer y
a escribir y tuvo una vida muy feliz.
Amaya Rodríguez. 5º Primaria.
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